BDSM La nueva moda para Almas Rotas por Amo Dante

518274584_1166729752139765_4128740946477439967_n-1024x576 BDSM La nueva moda para Almas Rotas por Amo Dante

Fuente: Amo Dante
El Arte de la Dominación
Todos los derechos reservados bajo licencia
Creative Commons CC BY-NC-SA 4.0

Autorizado por su creación para reproducir en Nuestro Blog de 12 Rosas

 

BDSM : La nueva moda para Almas Rotas.

Pues Señores, Señoras, señoritos y señoritas, bienvenidos al siglo XXI. Estamos en una época peligrosa y seductora. El BDSM se ha puesto de moda. Se viste bonito en Instagram, se erotiza en OnlyFans, se romantiza en TikTok y se idealiza en series y libros baratos. Pero lo que era un sendero de consciencia, estructura y poder compartido, está siendo convertido en un disfraz emocional. Y lo peor: muchas personas están entrando en el BDSM no por deseo genuino, sino como una vía de escape, una muleta emocional, o lo que es peor… como una forma de terapia de pareja.

¿Y quién les dijo que el BDSM es un sustituto de un terapeuta?

¿Quién les mintió al punto de hacerles creer que un Amo o Ama debe cargar con tus traumas no resueltos, tus carencias afectivas y tus vacíos existenciales?

¿En qué Universidad las sumisas se convierten en carretas emocionales de Dominantes egoístas, egocéntricos y narcisistas sin control, hasta dejarlas vacías, secas, maltratadas y cargando con culpas?

El BDSM no es una terapia psicológica de cuero y cuerdas

Sí, lo he dicho y lo sostengo: idealizar el BDSM como si fuera un camino sagrado de sanación automática es no haber entendido nada.

Claro que puede ser catártico. Por supuesto que puede ayudarte a descubrirte, a crecer, a redefinirte. Pero eso no lo hace una terapia en sí misma. Lo que cura no es el BDSM, sino cómo lo vives, con quién lo vives y con qué consciencia lo integras.

Un estudio publicado en el Journal of Sexual Medicine (2013), por el Dr. Andreas Wismeijer y el psicólogo Marcel van Assen, mostró que practicantes de BDSM pueden tener niveles más altos de bienestar, menor neuroticismo y una mejor gestión del estrés que el promedio.

Pero ojo: no es por el BDSM per se, sino porque quienes lo viven con madurez emocional y estructura ética desarrollan vínculos más conscientes y auto aceptación.

Pero este resultado no se aplica cuando se entra al BDSM por moda, por dependencia, o buscando a un salvador(a) emocional.

“El problema no es el método, sino el motivo. Cuando alguien se vincula buscando en otro lo que debería estar resolviendo consigo mismo, el resultado no es evolución, es codependencia”.
— Walter Riso, psicólogo cognitivo-conductual

El Amo no es tu psicólogo. Y ni la sumisa, ni el Amo(a) son tu válvula de escape

Una cosa es que la estructura de poder del BDSM pueda ser usada con objetivos evolutivos y contención emocional (como enseño desde la Dominación Mental Ética). Otra muy distinta es esperar que tu pareja sea tu terapeuta emocional a tiempo completo.

Esto lleva, inevitablemente, a lo que la psicología sistémica denomina relaciones simbióticas patológicas: vínculos donde uno asume el rol de “salvador” y el otro se convierte en el “rescatado”, generando una dinámica de dependencia destructiva.
Lo que comienza como protección termina en prisión emocional.

Y ya sé que como siempre habrá personas que están en desacuerdo con mis palabras, pero una vez más lo diré: me encanta debatir, pero con respeto y bases. Aquí les dejo algunos de mis argumentos para quien crea que yo estoy mintiendo o dando OPINIONES:

“Las relaciones que nacen tras eventos traumáticos no resueltos tienden a reproducir el trauma en ciclos de repetición inconsciente”.
— Dr. John Bowlby, creador de la Teoría del Apego

“Cuando depositamos en otro el peso de nuestra sanación, no sólo lo sobrecargamos: nos negamos la responsabilidad de crecer por nosotros mismos”.
— Alice Miller, psicoanalista y autora de El drama del niño dotado

El BDSM mal practicado también puede destruirte

Sí, el BDSM puede empoderarte. Puede ayudarte a superar miedos, reprogramar creencias, redefinir tu identidad sexual. Pero también puede destruirte si lo usas como refugio de tus heridas no sanadas. La práctica sin estructura ni consciencia ha dejado marcas reales: desde traumas emocionales hasta agresiones disfrazadas de “consentimiento”.

Y no es una exageración. Un análisis de 2021 de la Universidad de Lund (BDSM as Empowerment or Escapism?) demostró que mientras muchos practicantes encuentran crecimiento personal, una proporción cada vez más creciente está entrando al BDSM desde el trauma no elaborado, lo que puede aumentar riesgos de victimización o revictimización cuando se ignoran los principios de SSC (Seguro, Sano y Consensuado).

Entonces, no. El BDSM no es para “salvar” a tu pareja, ni para “arreglar” tu relación rota.

Si eso buscas, empieza con terapia, no con esposas, ni cuero.

El BDSM es una herramienta, no una religión

Si tu deseo es sanar, primero responsabilízate. Luego aprende. Y si decides explorar el BDSM, hazlo con madurez, con ética, con guía, y sobre todo con estructura emocional.

Practicar BDSM no te hace más evolucionado, ni más libre, ni más fuerte. Solo lo eres si entiendes lo que haces, por qué lo haces, y qué estás dispuesto a construir desde ahí.

Dejen de idealizar el BDSM como si fuera una religión secreta para iluminados sexuales

Y si has llegado hasta aquí, tengo algo más que decirte:

El BDSM no es mejor. No es más profundo. No es más elevado que otras prácticas. No es una panacea. Y no te hace superior a nadie.

Es solo una de las muchas formas válidas de vivir la sexualidad humana.

Idealizar el BDSM —como lo están haciendo cada vez más personas— es igual de absurdo que idolatrar el sexo vainilla, el tantra, el poliamor, o los intercambios de pareja. No hay una forma correcta de gozar, sino formas distintas de vivir el deseo.

Hay personas que no necesitan dominación ni sumisión para sentirse plenas, otros encuentran su máxima realización siendo swingers, compartiendo a su pareja sin perder el vínculo. Algunos descubren su centro en prácticas fetichistas, donde el objeto se vuelve el vehículo del placer. Y muchos —sí, muchos— se sienten profundamente satisfechos con el sexo llamado “vainilla”, donde la estructura jerárquica no tiene sentido, y lo importante es la conexión afectiva o erótica sin adornos.

Y todo eso está bien.

“No hay una única manera válida de vivir la sexualidad, sino múltiples modos posibles, todos ellos legítimos mientras sean libres, informados y consensuados.”
— Organización Mundial de la Salud, Declaración sobre Diversidad Sexual (2015)

Entonces, ¿por qué tantos dentro del BDSM se empeñan en mirar con superioridad al resto?

¿Por qué esta necesidad de imponer que “solo nosotros sí entendemos el deseo real”, mientras se tacha de “pobres, dormidos o tibios” a quienes no usan collares, látigos o contratos?

“El erotismo no debe convertirse en una nueva religión. Cada vez que convertimos el deseo en dogma, lo estamos empobreciendo.”
— Georges Bataille, filósofo del erotismo

La comunidad BDSM está cayendo, muchas veces, en lo mismo que juró destruir:
El juicio, la exclusión y la arrogancia moral.

No. El BDSM no te vuelve automáticamente más profundo, más sabio, ni más evolucionado. Sólo revela lo que ya eras… o lo que aún no has querido enfrentar.

No es una competencia: es una elección

¿Sabes qué es realmente revolucionario?

Reconocer que el BDSM es un camino, pero no el único, y que ningún camino necesita despreciar a los otros para validarse a sí mismo.

El BDSM debe ser entendido como lo que es:
Una herramienta. Una posibilidad. Una forma de conectar desde el poder, el consentimiento y la estructura simbólica. Nada más. Nada menos.

No se trata de competir por quién es más “profundo”, Ni de restregarle a otros cuánto más “auténtico” es el vínculo entre Amo y sumisa comparado con el de una pareja liberal y mucho menos, fingir superioridad por tener protocolos, rituales y palabras de seguridad.

Porque si necesitas aplastar a los otros para sostenerte… entonces no estás dominando nada. Ni a ti mismo.

¿Quieres practicar BDSM?
Perfecto. Hazlo con ética, con conocimiento, con respeto.

¿No quieres?
Perfecto también. Tu deseo sigue siendo válido.

Lo único que no debe permitirse es la ignorancia arrogante que convierte una práctica en ídolo, y una elección en cruzada.

Así que no idealices. No uses. No impongas.

Vive tu erotismo con consciencia, con madurez y con responsabilidad. Porque cuando caes en la idealización, pierdes el sentido. Y cuando el BDSM se convierte en moda, disfraz o dogma, deja de ser una vía de crecimiento…
Y se convierte en otra trampa disfrazada de libertad.

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